Una de las principales características del trail running son los ritmos lentos. Las cuestas, las zonas técnicas, descensos muy pronunciados, etc. son elementos que impiden desarrollar grandes velocidades. Si a esto añadimos las largas distancias que suelen tener las pruebas, en pocos competiciones tenemos la oportunidad de sentirnos rápidos.
El invierno, cuando todavía las competiciones principales nos quedan lejos, es un buen momento para poner a prueba nuestra capacidad de para sentirnos rápidos. Y las carreras de asfalto son un buen sitio donde podemos probarnos.
Me gusta proponer a mis corredores que se prueben en una carrera de asfalto, ya sea un 10 mil, una media maratón o una maratón, para que vean que no sólo son capaces de salvar grandes desniveles, si no que además son capaces de correr rápido.
Las carreras por montaña son nuestra especialidad. La resistencia y la fuerza sus ingredientes más necesarios, pero no por ello debemos olvidar o dejar de lado la velocidad. Puesto que entrenamos con series y entrenamientos de alta intensidad, ¿por qué no correr en asfalto cuando nuestros objetivos aún quedan un poco lejos?
Ser corredor de montaña y probarse en el asfalto ha resultado una experiencia muy positiva para mis corredores. Les ha motivado, han salido más optimistas de cara a la temporada, se obtiene información, comprobamos si estamos haciendo bien las cosas….¡Lánzate y vuela!